miércoles, 21 de mayo de 2008

Vuela hombre con alas impulsadas por turbinas


Bex, Suiza— El suizo Yves Rossy realizó ayer el primer vuelo dirigido de un humano con alas impulsadas por turbinas y ejecutó figuras incluso imposibles para un pájaro durante la maniobra histórica de cinco minutos sobre los Alpes Suizos.

“Este vuelo fue totalmente excelente’’, dijo el ex piloto de combate, de 48 años, después de cumplir ante periodistas de varios países la primera exhibición pública con el dispositivo de vuelo que creó en muchos años de soñar despierto y afinó en cinco años de prácticas.

Poco antes de descender en una pista aérea cerca de la margen oriental del Lago Ginebra, Rossy había saltado de una avioneta a 2 mil 300 metros (7 mil 500 pies) de altura y desplegado las alas rígidas de 2.5 metros (ocho pies) de envegardura que llevaba sujetas a la espalda.

Rossy, también un amante de los deportes extremos, descendió primero en caída libre, siguió con un planeo suave y luego encendió las cuatro turbinas para entonces acelerar hasta los 300 kilómetros por hora (186 millas por hora) ante un grupo de espectadores en el pico de una montaña que primero guardaron un silencio de expectación y más tarde aclamaron al primer hombre que vuela con alas impulsadas por motores de propulsión a chorro.

Su madre, presente entre los espectadores, aseguró a los periodistas que no sentía temor. “él sabe lo que está haciendo’’, expresó Paule Rossy sobre su hijo, que ahora opera aviones comerciales de empresas suizas.

Al tomar dirección sólo con el movimiento del cuerpo, Rossy descendió, giró y volvió a ascender mientras realizaba giros sin esfuerzo aparente de un lado a otro del valle del Rhone. Por momentos subió hasta los 800 metros (2 mil 600 pies) para luego descender delante de una estela de humo.

“Es como una segunda piel’’, dijo a los periodistas a su regreso. “Si giro a la izquierda, vuelo a la izquierda. Si me inclino a la derecha, voy hacia la derecha’’, añadió Rossy, llamado “Fusion Man’’ por sus patrocinadores.

Después de una última pasada sobre los espectadores, Rossy ejecutó un giro de 360 grados que incluso resultaría imposible para un pájaro.

“Eso fue para impresionar a las chicas’’, dijo mientras ya trabaja en su nuevo desafío, que es cruzar el Canal de la Mancha con su artefacto.

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