martes, 11 de marzo de 2008

RECORDANDO HECHOS DEL CARNAVAL EN BRASIL


Todos estamos en la búsqueda constante de expresar un sentimiento oculto. (Abel Desestress)

El erotismo y el terror reinaron el domingo en la primera de las dos noches de los extravagantes desfiles de las escuelas de samba del Carnaval de Rio Janeiro. Seis de las principales escuelas rivalizaron mostrando gigantescos animales, desde cucarachas hasta jaguares, rodeados de bailarinas mínimamente vestidas y parejas representando el Kama Sutra.

La escuela Unidos do Viradouro protestó contra la censura luego de que la justicia admitió un reclamo de la Federación Israelita y le prohibió presentar una carroza que representaba el Holocausto judío y a un hombre disfrazado de Adolfo Hitler. Para sustituir el carro vetado, Viradouro presentó uno con medio centenar de personas amordazadas y, en lo alto, a Tiradentes, precursor de la independencia brasileña ahorcado y descuartizado en 1792. "No se construye un futuro enterrando la historia", decía la carroza.

Viradouro representó con 3.800 componentes el tema "Es escalofriante!" en el que mostró todo lo que pone la piel de gallina: desde el propio frío, hasta el asco, pasando por el nacimiento de un niño hasta las artes y la pena de muerte. El primer carro de la escuela realmente refrescó la lluviosa y templada noche del Sambódromo. Quince esquiadores se deslizaban por una pista artificial de 30 metros y 27 toneladas de hielo.

Un enorme bebé cubierto de sangre reflejaba la emoción que provoca un recién nacido. Pero como el asco y el miedo también erizan, decenas de personas se movían como arañas, cucarachas y serpientes.

Otras desfilaron colgadas cabeza abajo y unos 300 componentes representaban a los guillotinados en la Revolución Francesa. Una decena de jóvenes parejas apenas pintadas de dorado, representaron varias de las posiciones del acto sexual descriptas en el libro indio Kama Sutra.

En la explosión de samba y monumentalismo de cada escuela, reinó como siempre la sensualidad. La reina de la escuela Porto da Pedra, Angela Bismarchi, se tiñó el pelo de negro, se hizo una cirujía plástica para parecer una japonesa y desfiló casi desnuda. De 36 años, Bismarchi dice haberse hecho más de 40 cirujías.

Porto da Pedra homenajeó los 100 años de la llegada de los primeros inmigrantes japoneses a Brasil y mostró todos los personajes típicos de esa cultura como geishas, samurais y chefs de sushi. En un carro con forma de pagoda, giraban muñecas del personaje Hello Kitty que al abrirse dejaban ver esculturales brasileñas mínimamente vestidas. "Al principio sientes como un frío en la barriga, pero luego que comienzas no quieres que el desfile termine más", decía Adriane, de 26 años, que sambó como destaque de una de las alegorías de Porto da Pedra.

Académicos de Salgueiro le cantó a Río de Janeiro, montó réplicas de sitios emblemáticos y satirizó situaciones cotidianas; como parejas haciendo arrumacos en las playa. La tradicional Portela desplegó todo su monumentalismo para clamar por la preservación de la naturaleza. Enormes delfines, ballenas, un jaguar y un oso polar dieron la nota de su desfile.

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