martes, 3 de junio de 2008
Alimentos GM: ¿hora de reabrir el debate?
Las cifras son escalofriantes: se calcula que 850 millones de personas sufren hambre hoy en el mundo, 820 millones de ellas en países en desarrollo. En el último año, el número de personas que necesita asistencia alimentaria ha aumentado en 100 millones.
Sólo en 2008, los altos precios de los alimentos han provocado motines en cerca de 40 países
“La pésima educación social que recibimos, es la principal causa de nuestros males” (Abel Desestress)
Se cree que las importaciones en naciones con déficit de alimentos puedan alcanzar los US$169.000 millones, un 40% más que en 2007. Y los expertos creen que la era de los alimentos baratos ya es cosa del pasado.
Los alimentos genéticamente modificados tienen años en ser usados pero se debe triplicar su uso, pues no podemos permitir que nuestros semejantes sufran de hambruna a nivel nacional y mundial.
Javier Domínguez, Falcón, Venezuela.
Por eso, en estos momentos, en Roma, se realiza una reunión convocada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a la que asisten 44 jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo para buscarle salidas a la crisis.
Al inaugurar la conferencia, el secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-Moon, dijo que el mundo debe aumentar al menos en un 50% su producción de alimentos para el 2030.
En medio de esta crisis, una antigua polémica se revive: ¿deben los gobiernos recurrir a los alimentos genéticamente modificados (GM) para paliar el hambre?
Y el debate es más agudo ahora que nunca: para unos, es "la comida Frankenstein", para otros, es la tecnología que podría solucionar las actuales carencias alimentarias del mundo.
En los alimentos genéticamente modificados el ADN de la planta se altera de modo artificial para crear cultivos con propiedades específicas.
Aunque han sido sistemáticamente rechazados en Europa, los alimentos GM se cosechan hoy en muchas otras partes del mundo, principalmente maíz, soya, algodón y colza.
Estados Unidos y Argentina han abrazado con fervor a la nueva biotecnología, y Brasil, China e India la siguen a pasos agigantados.
En Gran Bretaña el activismo y la opinión pública han impedido la comercialización de los GM.
"Se trata de crear cultivos cuya producción sea más eficiente, más resistente a las plagas, más tolerante al cambio climático, con menor uso de pesticidas y más nutritivos, " dijo a BBC Ciencia el doctor Gastón Fernández Palma, presidente de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa, (AAPRESID).
"Indudablemente estas características hacen que los alimentos modificados cumplan una misión sumamente importante"
"Y debemos convencernos de la participación necesaria de la ingeniería genética, porque no quedan otras soluciones a la vista para paliar este gravísimo problema no sólo alimenticio sino energético" agrega.
Para quienes los apoyan el resultado es claro: han pasado doce años y hasta ahora no se conocen problemas medioambientales o de salud causados por los GM.
Los críticos sostienen sin embargo que estos productos pueden tener a largo plazo un impacto negativo en la salud humana y el medio ambiente.
Alergias
Se piensa que la introducción de un nuevo gen a una planta puede crear un alergénico que cause una reacción en individuos susceptibles.
Para evitarlo, es necesario llevar a cabo extensas pruebas para asegurarse de que un producto GM no dañará al consumidor con una alergia.
Un modelo de agricultura que dé alimentos para todos pero que no esté dirigido por multinacionales que son las que controlan este negocio de los transgénicos
David Sánchez, Amigos de la Tierra
También hay temores sobre los riesgos desconocidos hasta ahora de la transferencia genética de alimentos GM a células del organismo o bacterias gastrointestinales, que podrían afectar de forma adversa al ser humano.
Y otro temor es el "cruzamiento lejano", el desplazamiento de genes de plantas GM a cultivos convencionales o especies silvestres, y la mezcla de cultivos de semillas convencionales con cultivos GM.
Esto, afirman los expertos, podría tener un enorme impacto sobre la inocuidad y la seguridad de los alimentos.
"Los transgénicos no forman parte de la solución de la crisis alimentaria" dijo a BBC Ciencia David Sánchez, encargado de agricultura y alimentación de la organización ecologista Amigos de la Tierra.
crisis alimentaria, ¿llegamos tarde?
"Porque en efecto, llevamos 10 años cultivándolos, pero hasta ahora no se ha podido demostrar que ninguno de los cultivos GM es más productivo, más nutritivo, ninguno tiene mejor calidad para el consumidor".
"Al contrario -agrega- lo que vemos con estos cuatro principales cultivos, es que son cultivos con fines industriales que se llevan a cabo en países en desarrollo".
Uso industrial
Según la organización, en el caso de la soya GM la mayoría se exporta desde estos países a Estados Unidos o Europa para alimentación animal y poder mantener el consumo de carne del mundo desarrollado.
La única forma de alimentar a tanta gente es ir ahora a una agricultura sustentable de alta producción que incluya fundamentalmente la participación de la biotecnología
En el caso del algodón, es un cultivo con fines meramente industriales y en Estados Unidos gran parte de los cultivos de maíz transgénico se dedican casi exclusivamente a los biocombustibles.
"En Argentina, por ejemplo, habría que plantearse para quién ha sido un éxito hasta ahora la producción de transgénicos" dice David Sánchez, de Amigos de la Tierra.
"Seguramente para los grandes terratenientes, porque no creemos que la extensión de los monocultivos haya beneficiado ni a los niveles de pobreza, los problemas de alimentación o la situación de los pequeños agricultores en ese país".
"Porque se han desplazado los cultivos de alimentación con los cultivos para exportación, que desde luego son más lucrativos", agrega.
El presidente de AAPRESID afirma sin embargo que esto no es error de la biotecnología sino de "las medidas equivocadas de los gobiernos".
"La soja ocupa hoy el lugar que los mercados mundiales demandan", afirma el funcionario.
25% de la producción de maíz de Estados Unidos es genéticamente modificada.
"Y por el mal manejo de las políticas agropecuarias ha ido reemplazando a los otros cultivos de un plan de agricultura sustentable", señala.
Lo cierto hoy es que millones de personas sufren hambre y muchas más no tendrán alimento si no se encuentran soluciones rápidas a esta crisis alimentaria.
Y ésta, dicen los expertos, quizás tendrá que incluir alguna forma de biotecnología.
"Creemos que para el año 2050 habrá 9.000 millones de habitantes en el planeta" dice el doctor Gastón Fernández.
"Y la única forma de alimentar a tanta gente es ir ahora a una agricultura sustentable de alta producción que incluya fundamentalmente la participación de la biotecnología y las semillas transgénicas".
Pero la prioridad en cualquier modelo de agricultura, afirma David Sánchez, de Amigos de la Tierra, tendrá que ser "la soberanía alimentaria de las comunidades".
"Un modelo de agricultura que dé alimentos para todos pero que no esté dirigido por multinacionales que son las que controlan este negocio de los transgénicos".
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