De los huevos de anguila salen pequeñas larvas llamadas leptocéfalos, que se dejan arrastrar por las corrientes marinas a grandes distancias. Al acercarse a las costas de Norteamérica -al cabo de un año- o a las europeas -al cabo de, por lo menos, tres años-, se transforman en angulas, que penetran a millares en los ríos y nadan corriente arriba para establecerse en el curso alto, donde continúan creciendo. Cuando la anguila tiene ya catorce o quince años, cambia su coloración grisverdosaamarillenta, para convertirse en una "anguila plateada" y emprender el largo viaje de regreso al mar de los Sargazos, sitio en que, finalmente se reproduce y muere.
[...] Desde los tiempos más antiguos llamó la atención el hecho de que en las aguas dulces de Europa hubiera anguilas adultas, pero nunca se encontraron huevos ni ejemplares jóvenes. Incluso el filósofo griego Aristóteles llegó a sugerir que las anguilas se engendraban espontáneamente en el fondo de los lagos. Más adelante, en algunos países del norte de Europa, el Mediterráneo y la costa este de Norteamérica, se observó que en ciertas épocas del año llegaban a los estuarios de los ríos pequeñas larvas de anguila -las angulas-, que nadaban río arriba hasta llegar a las aguas dulces del interior, donde seguían creciendo pero sin reproducirse nunca. En otras épocas. En otras épocas, anguilas más grandes, con la piel plateada y los ojos mucho mayores, bajaban hasta las aguas de los estuarios. Pero todos estos datos no aportaban ninguna luz sobre el enigma principal: dónde se reproducían las anguilas adultas.
Investigaciones de Johannes Schmidt:Hubo que esperar hasta las primeras décadas de este siglo para que el misterio quedara resuelto, gracias a la concienzuda labor detestivesca del oceanógrafo danés Johannes Schmidt (1877-1933). A finales del siglo pasado quedó demostrado que los leptocéfalos, unos pececillos alargados con forma de hoja que se pescaban con cierta frecuencia en aguas del Atlántico no pertenecían a una nueva especie de pez. Aunque su aspecto era bastante diferente del de las angulas, se demostró que se trataba de otra forma de larva de anguila. Pero ¿de dónde habían salido? A partir de 1904, Schmidt siguió la pista de estas criaturas transparentes que nadan entre el plancton, iniciando su investigación en las islas Feroe, al norte de Escocia. No tardó en descubrir que cuanto más se desplazaba hacia el sur y hacia el oeste, más leptocéfalos encontraba, y más pequeños eran éstos. Parecía que se iba aproximando al lugar donde habían nacido. Y por fin se descubrió el lugar donde se reproducen las anguilas: en el mar de los Sargazos, a profundidades de 300 a 600 m, bajo el dosel protector de la masa de algas. Aquí se encontraba también el territorio de cría del congrio, un pez muy semejante a la anguila pero exclusivamente marino, que alcanza un tamaño mayor que el de su pariente de agua dulce. Para reproducirse en esta zona, las anguilas tienen que realizar una larguísima migración en dos direcciones. Las larvas que salen de los huevos se dejan arrastrar por las corrientes marinas, bien hacia la costa este de Norteamérica, bien hacia Europa, siguiendo al corriente del Golfo, en una migración que dura varios años. Después de haber crecido en aguas dulces, cuando ya tienen unos 10 años de edad, las anguilas adultas regresan al mar y emprenden de nuevo el largo viaje, para reproducirse y morir en el mar de los Sargazos. Todavía queda un misterio por resolver en el ciclo vital de la anguila. Algunos científicos, si bien aceptan la evidencia de la migración inversa de las anguilas adultas europeas. Según ellos, son las anguilas norteamericanas, que tienen que realizar un viaje mucho más corto, las que engendran todas las larvas, incluyendo las que llegan a Europa. De ser cierta su hipótesis, la anguila europea sólo realizaría el viaje de ida y jamás volvería al mar de los Sargazos a reproducirse. Esto parece muy improbable, ya que la vida de la anguila presenta tantos aspectos extraordinarios que no hay razón para dudar de este alarde final.
La sangre de las anguilas:La sangre de la anguila posee una proteína llamada hemoitiotoxina que actúa de hemolítico al entrar en contacto con la sangre de un animal o la humana. Actúa rompiendo la membrana de los glóbulos rojos, que liberan hemoglobina y las consecuencias son parálisis sensorial y motora, bloqueo de la respiración y en casos extremos, la muerte. Esta proteína es termolábil y se neutraliza fácilmente con el calor. Sólo perjudica la salud cuando entra en contacto con la sangre humana a través de una herida. También está presente en los congrios y morenas.
[...] Desde los tiempos más antiguos llamó la atención el hecho de que en las aguas dulces de Europa hubiera anguilas adultas, pero nunca se encontraron huevos ni ejemplares jóvenes. Incluso el filósofo griego Aristóteles llegó a sugerir que las anguilas se engendraban espontáneamente en el fondo de los lagos. Más adelante, en algunos países del norte de Europa, el Mediterráneo y la costa este de Norteamérica, se observó que en ciertas épocas del año llegaban a los estuarios de los ríos pequeñas larvas de anguila -las angulas-, que nadaban río arriba hasta llegar a las aguas dulces del interior, donde seguían creciendo pero sin reproducirse nunca. En otras épocas. En otras épocas, anguilas más grandes, con la piel plateada y los ojos mucho mayores, bajaban hasta las aguas de los estuarios. Pero todos estos datos no aportaban ninguna luz sobre el enigma principal: dónde se reproducían las anguilas adultas.
Investigaciones de Johannes Schmidt:Hubo que esperar hasta las primeras décadas de este siglo para que el misterio quedara resuelto, gracias a la concienzuda labor detestivesca del oceanógrafo danés Johannes Schmidt (1877-1933). A finales del siglo pasado quedó demostrado que los leptocéfalos, unos pececillos alargados con forma de hoja que se pescaban con cierta frecuencia en aguas del Atlántico no pertenecían a una nueva especie de pez. Aunque su aspecto era bastante diferente del de las angulas, se demostró que se trataba de otra forma de larva de anguila. Pero ¿de dónde habían salido? A partir de 1904, Schmidt siguió la pista de estas criaturas transparentes que nadan entre el plancton, iniciando su investigación en las islas Feroe, al norte de Escocia. No tardó en descubrir que cuanto más se desplazaba hacia el sur y hacia el oeste, más leptocéfalos encontraba, y más pequeños eran éstos. Parecía que se iba aproximando al lugar donde habían nacido. Y por fin se descubrió el lugar donde se reproducen las anguilas: en el mar de los Sargazos, a profundidades de 300 a 600 m, bajo el dosel protector de la masa de algas. Aquí se encontraba también el territorio de cría del congrio, un pez muy semejante a la anguila pero exclusivamente marino, que alcanza un tamaño mayor que el de su pariente de agua dulce. Para reproducirse en esta zona, las anguilas tienen que realizar una larguísima migración en dos direcciones. Las larvas que salen de los huevos se dejan arrastrar por las corrientes marinas, bien hacia la costa este de Norteamérica, bien hacia Europa, siguiendo al corriente del Golfo, en una migración que dura varios años. Después de haber crecido en aguas dulces, cuando ya tienen unos 10 años de edad, las anguilas adultas regresan al mar y emprenden de nuevo el largo viaje, para reproducirse y morir en el mar de los Sargazos. Todavía queda un misterio por resolver en el ciclo vital de la anguila. Algunos científicos, si bien aceptan la evidencia de la migración inversa de las anguilas adultas europeas. Según ellos, son las anguilas norteamericanas, que tienen que realizar un viaje mucho más corto, las que engendran todas las larvas, incluyendo las que llegan a Europa. De ser cierta su hipótesis, la anguila europea sólo realizaría el viaje de ida y jamás volvería al mar de los Sargazos a reproducirse. Esto parece muy improbable, ya que la vida de la anguila presenta tantos aspectos extraordinarios que no hay razón para dudar de este alarde final.
La sangre de las anguilas:La sangre de la anguila posee una proteína llamada hemoitiotoxina que actúa de hemolítico al entrar en contacto con la sangre de un animal o la humana. Actúa rompiendo la membrana de los glóbulos rojos, que liberan hemoglobina y las consecuencias son parálisis sensorial y motora, bloqueo de la respiración y en casos extremos, la muerte. Esta proteína es termolábil y se neutraliza fácilmente con el calor. Sólo perjudica la salud cuando entra en contacto con la sangre humana a través de una herida. También está presente en los congrios y morenas.
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