
Los animales transgénicos, a los que se les introduce artificialmente genes de otra especie, son muy importantes en los laboratorios para estudiar características y enfermedades humanas, ya que se convierten en modelos vivos de las mismas. Con ellos se pueden estudian con rigor las funciones de los genes humanos en animales vivos y no sólo en cultivos celulares. El simulador vivo más generalizado es, por supuesto, el ratón (aunque se han hecho también ratas, cerdos, vacas e incluso perros y gatos modificados genéticamente), pero no se había logrado hacer primates plenamente transgénicos, y son muy interesantes por su proximidad biológica a los humanos. Hay dolencias, sobre todo las neurológicas, que resultan muy difíciles de reproducir debidamente en roedores, explican los investigadores.
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